Esta Vez, ¡No Perderé!’

Capítulo 293 

Pero como la maestra de Beatriz en el juego del amor, Marisa no podía dejar de compartir todos los trucos de conquista que conocía con ella. 

-Primero que nada, debes darle una indirecta en las redes sociales, para llamar su atención y que quiera chatear contigo… 

Marisa charlaba sin 

hablar. 

parar, dándole palmaditas en el hombro a Beatriz, hasta que se le secó la boca de tanto 

Beatriz, siempre tan considerada, le alcanzó una lata de cola sin azúcar a Marisa. 

Marisa la miraba, pensativa. 

En realidad, había una manera mucho más directa de hacerlo: simplemente fingir estar borracha paral seducirlo. Marisa no podia creer que, con la belleza de su aprendiz, seducir hombres no fuera pan comido. 

Beatriz, habiendo aprendido los secretos del amor de la estrella Huerta, volvió a su habitación de hotel con su celular en mano. La noche presentaba una luna brillante, realmente hermosa, Beatriz tomó una foto de la luna y, haciendo un poco de teatro, redactó una publicación para las redes sociales: 

-No puedo dormir, la luna de esta noche es tan hermosa, me hace pensar en alguien. 

¿En quién pensaba? ¿En quién más sino en Javier? Al escribir eso, Beatriz sintió que era un poco cursi. Si ella viera un post asi de alguien más en plena noche, definitivamente pensaría que esa persona está pescando a propósito. 

Primero, Beatriz le envió una captura a Marisa para ver qué pensaba. Hermana Mari le respondió con NôvelDrama.Org content rights.

entusiasmo: 

-¡Qué talento para escribir! Deberías ir a la universidad, ¡seguro que te aceptan! 

Beatriz se quedó sin palabras: 

-Hermana, ya me gradué de la universidad. 

Marisa estaba cada vez más complacida: 

-Ya verás, si él realmente está interesado en ti, al ver tu publicación no tardará ni tres minutos en buscarte para preguntar quién es esa persona en la que estabas pensando. 

Con el corazón acelerado, Beatriz publicó la foto para ver qué pasaba. 

Pronto, recibió varios likes y comentarios, 

-Martin: Me muero de la risa jajaja, seguro no fue Beatriz. ¿Qué niño de primaria tomó su teléfono? 

-Director Santos: Deja de leer esas cursilerías. A mi abuela le gustaba Dumas, deberías leer treinta páginas de ‘El Conde de Montecristo‘ antes de dormir. 

-Esther: ¿Bea está pensando en mi? Yo también te extraño [corazón] [corazón]. 

-Mayordomo Gabriel: [muerto] ¡Te ruego que dejes de pensarl 

Después de tanto esfuerzo, Beatriz no logró capturar al pez que quería, y empezó a pensar que tal vez Javier no revisaba las redes sociales. 

En ese momento, el mayordomo Gabriel se encontraba nervioso al lado. Javier, con un vaso en mano, su rostro frío parcialmente oculto en la sombra y parcialmente iluminado, miraba con ojos oscuros y lensos 

Capitulo 293 

El mayordomo Gabriel intentó darle su medicina: 

-Señor, debería tomar su medicina y tratar de dormir. 

Javier apretó el vaso, que se rompió instantáneamente, derramando su contenido: 

-¿A quién crees que ella estaba pensando cuando vio la luna? 

-¡Seguro que en usted! -respondió el mayordomo Gabriel. 

Javier sonrio ligeramente: 

-Pero ella y yo no tenemos recuerdos relacionados con la luna. 

El mayordomo Gabriel se apresuró a corregirse: 

-Eh, tal vez, posiblemente, podria ser usted… Estas cosas, nunca se sabe… 

Cada vez que esto sucedia, Javier queria arrastrar a Mauricio y acabar con él. Realmente no entendía por qué, aunque Beatriz habia cambiado, todavia podía tener sentimientos por el pasado, interesarse en un hombre como Mauricio. Ella nunca habia dicho que lo amaba a él. Pero al principio, siempre hablaba de cuánto le gustaba Mauricio. 

El mayordomo Gabriel, con la mente rápida, encontró rápidamente la excusa perfecta: 

-¿Y si a la señora le pareció que usted es como la luna? Señor, una persona como usted, tan gentil como la luna, ¡nadie más se compara! 

Javier esbozó una sonrisa fría. Él definitivamente no se consideraba una luna gentil. 

-Prepara el avión. 

El mayordomo Gabriel suspiró aliviado: 

-Claro, claro. 

Quien haya encendido este fuego, será quien deba apagarlo.